sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, claves de redacción

Con motivo de un nuevo período de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ofrecemos claves para una mejor redacción de las informaciones relacionadas.

1) Asamblea Nacional del Poder Popular, mejor que Parlamento

Puesto que en la Constitución de la República de Cuba y en la Ley Electoral la denominación usada para referirse al ‘órgano supremo del poder del Estado’ es Asamblea Nacional del Poder Popular, recomendamos usarla con preferencia, mejor que Parlamento. Si bien dicha palabra, que debe escribirse con inicial mayúscula en este caso, significa ‘cámara o asamblea legislativa, nacional o regional’, conviene recordar que Cuba no es una república parlamentaria, sino un «Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano». Así pues, también es preferible usar diputado (o asambleísta, aunque tiene menor uso), en lugar de parlamentario.

2) Legislaturas y sesiones, escritura adecuada

La voz legislatura alude al ‘tiempo durante el cual funcionan los cuerpos legislativos’. Como es un nombre común, este sustantivo debe escribirse con inicial minúscula: X legislatura (= décima legislatura). De igual forma, lo aconsejable, como no alude a un nombre propio, es la escritura con minúscula en la expresión meramente descriptiva período ordinario de sesiones.

3) Período, pero también periodo

Aunque período y periodo son acentuaciones válidas para referirse a un ‘espacio de tiempo’, se recomienda optar por una de estas formas y no mezclarlas indistintamente en un mismo texto. Conviene señalar que expresiones como primer período se escriben con incial minúscula, pues no aluden a un nombre propio.

4) Cuórum, no quórum

Para referirse al ‘número de individuos necesario para que un cuerpo deliberante tome ciertos acuerdos’ o a la ‘proporción de votos favorables para que haya acuerdo’, lo indicado es usar la forma adaptada cuórum, que se escribe en redonda y con tilde, o el latinismo quorum, sin tilde, con q y en cursiva. Como consta en el Diccionario panhispánico de dudas, no debe usarse el híbrido quórum.

5) Capitolio Nacional, escritura adecuada

La escritura adecuada de la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular es Capitolio Nacional de Cuba o, simplemente, (el) Capitolio. Como se observa, el artículo no forma parte del nombre y, por tanto, debe escribirse con incial minúscula. Conviene recordar, además, que Salón de los Pasos Perdidos, como consta en la Ortografía académica, debe escribirse con inicial mayúscula en las palabras significativas.

6) Cargos, en minúscula

De acuerdo con la Ortografía de la lengua española (OLE), los cargos, acompañen o no al nombre propio, se escriben con minúscula: presidente, vicepresidente, secretario

7) El orden del día no es lo mismo que la orden del día

Para aludir a la ‘lista ordenada de temas que se deben tratar en una reunión’, la locución nominal orden del día es masculina; por tanto, lo adecuado es el orden del día. No debe confundirse con la orden del día, usada para aludir a ‘orden que se da cada día a los cuerpos del Ejército’.

8) Decreto ley se escribe sin guion

De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, decreto ley se escribe sin guion y alude a la ‘disposición legislativa provisional que puede dictar el Gobierno en caso de extraordinaria y urgente necesidad, y que requiere para su definitiva eficacia la ratificación ulterior por parte del órgano legislativo’.

9) Proyectos de ley es el plural de proyecto de ley

Al ‘texto elaborado por el Gobierno y sometido al Parlamento para su tramitación y aprobación como ley’ se lo denomina proyecto de ley, cuyo plural es proyectos de ley, no proyectos de leyes.

10) Organismos e instituciones, con inicial mayúscula

Conforme a la OLE, se escriben con mayúscula inicial todas las palabras significativas (normalmente sustantivos y adjetivos) que forman parte del nombre de las instituciones y organismos: Consejo de Estado, Consejo de Ministros, Consejo Electoral Nacional (no Comisión Electoral Nacional), Tribunal Supremo Popular, Fiscalía General de la República, Contraloría General de la República...

11) Estado, mayúsculas y minúsculas

Estado se escribe con inicial mayúscula si alude a la ‘entidad política de un país o a su territorio’: el Estado cubano. Sin embargo, ‘en ciertos países organizados como federación, cada uno de los territorios autónomos que la componen’ recibe el nombre de estado, en minúscula: el estado de Texas.

Esta recomendación se publicó por primera vez el 20 de julio de 2023.
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2 Respuestas a “sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, claves de redacción”

  1. Buenos días, también quisiera que se aclare por qué el código que se someterá a discusión es de la » niñez , las adolescencias y juventudes» , así en plural. Tampoco entendí que el código anterior fuera de «las familias»

    1. Sustantivos como «adolescencia» y «juventud» pueden admitir el plural por razones expresivas o si se recategorizan como contables (por ejemplo, cuando aluden a las de varias personas), como así lo explican las academias en la «Nueva gramática de la lengua española», específicamente en el apartado 6.2h: https://www.rae.es/gram%C3%A1tica/morfolog%C3%ADa/nombres-de-cualidad-estado-y-condici%C3%B3n-ii-los-sufijos-ez-eza-icia-icie-ura-or-era-y-sus-variantes?resaltar=6.2h#6.2h.

      Para ampliar esta respuesta, compartimos con usted un fragmento de un análisis realizado al respecto por el lingüista y miembro correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua Pedro de Jesús López Acosta, publicado en su muro de Facebook el 19 de diciembre de 2023:

      Ya no es suficiente sustituir «los jóvenes y las jóvenes» por «la juventud», sino que, además, se considera necesario pluralizar el término abstracto y dicen «las juventudes». Luego se dan cuenta de que en la expresión «Política integral de la niñez, la adolescencia y las juventudes» hay una asimetría notoria entre el plural del último término y el singular de los dos primeros y deciden pluralizar el segundo: «Política integral de la niñez, las adolescencias y las juventudes». ¿No advierten tantas personas allí reunidas que sigue habiendo una asimetría? Es obvio que «niñeces» es una forma infrecuente, rara. Pero, para ser totalmente coherentes, debieron cambiar la palabra de modo que se consiguiera una pluralización aceptable: «Política integral de las infancias, las adolescencias y las juventudes».

      No es que yo esté a favor de estos plurales estilísticos o expresivos, pero al menos espero que si se apela a ellos, se haga de modo consecuente.

      De hecho, he insistido en asegurar que DE LO QUE DEPENDE LA DIVERSIDAD REFERENCIAL EN EL CONTENIDO DE UN TÉRMINO NO ES DEL PLURAL MORFOLÓGICO, SINO DE LA DEFINICIÓN QUE HAGAMOS DEL CONCEPTO, así como de la interpretación que se deriva del contexto lingüístico en que se usa. EL TÉRMINO CON QUE SE DESIGNA EL CONCEPTO NO ES EL CONCEPTO MISMO. Si no fuera así, escasamente la ciencia podría crear conceptos expresados con términos en singular. No podríamos decir «materia», «sociedad», «literatura», «mujer»… Habría que encasquetarles el plural siempre.

      Cuando, por ejemplo, leemos «Código de Trabajo» ―y no «Código de los Trabajos»―, el sustantivo «trabajo» está utilizado en su significado más abstracto, como concepto en el cual se incluyen todos los tipos de trabajo sobre los que se legisla: por tiempo indeterminado, por tiempo determinado, a destajo, a distancia, autónomo o privado, estatal, cooperativo… Que del «Código de Trabajo» se excluya, por ejemplo, el trabajo no remunerado, es una carencia imputable al concepto que se tiene de lo que es trabajo, no al número singular de la voz «trabajo». Si el concepto no se modifica, podría emplearse «trabajos», en plural, y seguirse excluyendo de la referencia el trabajo no remunerado.

      Cuando las discusiones sobre el Código de las Familias argumenté aquí mismo, en FB, que para aludir a la diversidad de familias no hacía falta utilizar «familia» en plural, porque el singular permitía esa lectura en el contexto de significación genérica en que se hallaba el sustantivo, tal como sucede con «trabajo» en «Código de Trabajo».

      Esta manía por los plurales, al parecer, obedece a un deseo ferviente y enfermizo de estar a la moda y dar la impresión de que se es muy progre. Colonización cultural de la buena, apropiación superficial de perspectivas traídas de otras latitudes con las cuales, en el fondo, no se es consecuente. ¿Acaso las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia han pasado a ser «Casas de Orientación a las Mujeres y las Familias»? ¿La Comisión de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, se ha convertido en «Comisión de Atención a la Juventudes, las Niñeces y la Igualdad de Derechos de las Mujeres»?

      Así habría que proceder con todos los documentos y nombres institucionales oficiales. Por ejemplo, «Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial» o «Estrategia Integral para la Prevención de la Violencia de Género». ¿El racismo no es diverso en sus manifestaciones, como diversas son las expresiones de la violencia de género y los tipos de familia y las clases de trabajo y las formas que asume la niñez, la adolescencia y la juventud? ¿Por qué no les ponen el plural también? Ah, porque, EN RIGOR, EL PLURAL NO HACE FALTA. Y porque los plurales que han puesto han aparecido por el mero impulso de una moda que se ha copiado. No cabe otra conclusión para tamaña irregularidad e inconsecuencia.

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