La forma obispa, mejor que la obispo, es la adecuada para referirse a la eclesiástica a quien, en algunas Iglesias cristianas, como la anglicana o la episcopal, se confiere el gobierno de una diócesis.
Sin embargo, en los medios de comunicación podemos encontrar frases como «Sarah Mullaly se convirtió en la primera mujer obispo de Londres», «La obispo subrayó que a favor de la mujer está su ternura, sensibilidad y el rol que desempeñan en la familia como mediadoras» y «La canóniga cubana Nerva Cot Aguilera fue ordenada como la primera mujer obispo en América Latina y el Caribe».
El sustantivo obispa —ya documentado en español— es un femenino correcto desde el punto de vista morfológico. Desde 2021 tiene una entrada en el Diccionario de la lengua española; si bien, como consta en la Nueva gramática de la lengua española (2009), «su uso no se ha extendido porque tampoco lo ha hecho entre los hispanohablantes la realidad que designa». Asimismo, conviene recordar que a la forma arzobispo le corresponde el femenino arzobispa.
Así, en los ejemplos iniciales lo apropiado habría sido escribir «Sarah Mullaly se convirtió en la primera mujer obispa de Londres», «La obispa subrayó que a favor de la mujer está su ternura, sensibilidad y el rol que desempeñan en la familia como mediadoras» y «La canóniga cubana Nerva Cot Aguilera fue ordenada como la primera mujer obispa en América Latina y el Caribe».