• Impulsamos el buen uso del idioma español en los medios de comunicación de Cuba mediante recomendaciones lingüísticas1 relacionadas con la actualidad informativa. Las difundimos todos los días en nuestra página web, las redes sociales y a través de un boletín semanal que llega a una lista de correo.
  • Atendemos dudas sobre el uso correcto del español actual y consultas de índole propiamente lingüística por correo electrónico (consultas@buenidioma.com), por Telegram (grupo y bot) y a través de un formulario en nuestra web. Las preguntas más frecuentes las agrupamos en un repositorio de dudas.
  • Administramos la página web buenidioma.com y las cuentas de Buen Idioma en Facebook, Instagram y X (antes Twitter), así como nuestros canales en YouTube y Telegram, espacio este último, en donde realizamos cada martes y jueves, a las 10:00 p. m., el Reto de las diez preguntas.
  • Publicamos cada semana el pódcast Píldoras Buen Idioma, un microespacio radial en exlcusiva para la Agencia Cubana de Noticias con el objetivo de resolver dudas frecuentes sobre el idioma y comentar las recomendaciones lingüísticas relacionadas con la actualidad informativa.
  • Editamos la revista Buen Idioma, una publicación en defensa de la lengua. Cuenta con 23 páginas en recordación del 23 de abril, Día del Idioma, y de las 23 corporaciones miembros de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
  • Impartimos cursos y talleres formativos en el Aula Virtual Buen Idioma, un espacio para perfeccionar los conocimientos lingüísticos (ortográficos, gramaticales…) de nuestros alumnos.
  • Elegimos cada diciembre la palabra del año para Buen Idioma entre aquellas que tuvieron cierta relevancia en la actualidad informativa e interés desde el punto de vista lingüístico.
  • Publicamos una memoria anual en la que se reflejan las actividades del proyecto durante los últimos doce meses.

1 Las recomendaciones lingüísticas comienzan con inicial minúscula porque las tratamos como entradas de un diccionario. Así, desde el propio título se podrá saber si la palabra requiere mayúscula inicial o no. En los títulos, como no disponemos de la cursiva, usamos en su lugar las comillas. Además, conviene recordar que destacamos en cursiva las palabras empleadas metalingüísticamente; esto es, que cuando aparecen en el texto no hacen referencia a su significado propio sino a la palabra en sí misma.