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Puesto que las informaciones relacionadas con las vacunas ocupan —para suerte de todos— los principales titulares de Cuba y el mundo, ofrecemos las siguientes recomendaciones lingüísticas para una mejor redacción de las informaciones relacionadas.
1) Vacuna, etimología
De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, el término vacuna significa ‘preparado de antígenos que, aplicado a un organismo, provoca en él una respuesta de defensa’. Debe su nombre al descubrimiento de Edward Jenner de que los infectados por la viruela vacuna (de la vaca) quedaban protegidos de la humana. Como asegura la Real Academia Española, en su cuenta oficial en Twitter, en español, se impuso vacuna, pero convivió con vaccina (a partir del latín vaccinus, ‘de la vaca’).
2) Tripanofobia, significado
Tripanofobia, formado a partir de la raíz griega trýpanon ‘taladro’ y el elemento compositivo -fobia (‘aversión’ o ‘rechazo’), es un término adecuado en español para referirse al ‘miedo irracional a las inyecciones’. Según FundéuRAE, «como sinónimos de tripanofobia, a veces se utilizan los términos de significado cercano belenofobia, fobia a las agujas, y aicmofobia, fobia a las agujas y otros objetos afilados o punzantes.
3) El candidato vacunal, pero también la candidata vacunal
En los medios de comunicación podemos encontrar frases como «Cuba comienza la tercera fase de pruebas de Abdala, la quinta candidata vacunal de ese país» y «El candidato vacunal cubano Soberana 02 mostró un 62 % de eficacia en su esquema de aplicación de dos dosis». En los ejemplos anteriores, tanto el candidato vacunal como la candidata vacunal son construcciones válidas, pues ambos usos están justificados: el femenino, por referirse a candidata, sustantivo de ese género; el masculino, por usarse candidato en sentido genérico.
4) Los candidatos vacunales son formulaciones en estudio, no vacunas
Conviene insistir en que solo podemos hablar de las vacunas cubanas cuando nuestros candidatos vacunales hayan transcurrido exitosamente las fases de ensayos clínicos. Así, la denominación candidato vacunal es la adecuada para referirse a las formulaciones en estudio. Como se puntualiza en el curso ¿Cómo reportar sobre vacunas en los medios de comunicación?, impartido de manera virtual por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, «comunicar estos temas con los términos adecuados (candidato vacunal o vacuna) ayuda a formar en los públicos una percepción adecuada sobre el punto exacto en el que se encuentran las investigaciones».
5) Biológico no es sinónimo de vacuna
En inglés, el término biological(s) se emplea como sustantivo para aludir a la ‘sustancia de origen biológico utilizada como fármaco, vacuna, pesticida, etc.’. Sin embargo, pese a que la vacuna es un producto biológico, emplear este último vocablo como sinónimo de vacuna es un calco censurable del inglés, puesto que dicho término se usa en nuestro idioma solo como adjetivo: antagonismo biológico, reloj biológico.
6) Vacuna contra / para (prevenir) la COVID-19
En español, tanto «vacuna contra la COVID-19» o «vacuna para (prevenir/combatir) la COVID-19» son construcciones válidas. Como mismo ocurre con «jarabe para (contrarrestar, mitigar, aliviar) la tos», el empleo de la preposición para también es adecuado y normal en ese contexto, en el cual precede al complemento que expresa finalidad, generalmente, con un verbo sobrentendido.
7) Vacuna anticovid o vacuna anti-COVID-19, escritura adecuada
De acuerdo con la Ortografía académica, los prefijos se escriben soldados a la base léxica que afectan, siempre que esta sea una sola palabra. Por tanto, anti– debe ir unido a covid (voz ya lexicalizada, esto es, que ya forma parte del sistema léxico de la lengua): anticovid, no ⊗anti-Covid, ⊗anti Covid, ⊗antiCovid… Si se mantiene el acrónimo enteramente en mayúscula, lo apropiado sería anti-COVID-19, incluso, anti-COVID. En ningún caso se debe optar por ⊗Covid-19, pues los nombres de las enfermedades se escriben con minúscula.
8) Vacunatorio y vacunódromo, términos válidos
De acuerdo con el Diccionario de americanismos, el término vacunatorioalude al ‘lugar donde se administran vacunas’. Este vocablo se ha formado a partir de vacuna y del sufijo –torio, con el cual los sustantivos suelen significar ‘lugar’, como laboratorio, observatorio, consultorio.
No cabe censurar su uso, como tampoco el del neologismo vacunódromo, menos usado en Cuba, pero válido para aludir a ‘grandes instalaciones habilitadas para vacunar’. El sustantivo masculino vacunatorio también es un chilenismo poco usado, pero válido, que se refiere a lo ‘relativo a la vacunación’.
9) Ponerse, pero también darse la vacuna
En el español de Argentina, por ejemplo, se documenta la expresión «darse la vacuna», mientras que en Cuba y en otras regiones, lo normal en ese contexto es emplear la frase «ponerse la vacuna». Conviene recordar que existen varias formas para administrar las vacunas: si es por vía instramuscular, se inyectan; si es por vía oral, se ingieren; y si es por vía nasal, se nubilizan.
10) Inmunización y vacunación, diferencias
De acuerdo con la Real Academia Española, inmunización y vacunación no son sinónimos, aunque estén relacionados, pues por medio de la administración de una vacuna es posible o no conseguir la inmunización. Así, aunque se vacune a toda la población, esto no quiere decir que toda la población quedará inmunizada.
El término inmunización significa ‘acción y efecto de inmunizar’, es decir, ‘hacer inmune; inducir la inmunidad, activa o pasiva, en un organismo’. En cambio, vacunación alude a la ‘acción y efecto de vacunar’, esto es, ‘inocular una vacuna a una persona o a un animal para provocar en ellos una respuesta de defensa y preservarlos de una enfermedad determinada’, como consta en el Diccionario de términos médicos, de la Real Academia Nacional de Medicina, de España.
Sin embargo, como señala la FundéuRAE, «sí resulta adecuada esta equivalencia en algunos contextos, como en la denominación de los programas nacionales de vacunación/inmunización de algunos países, ya que en estos casos se está haciendo referencia a un programa responsable de la vacunación mediante estrategias de inmunización».
En ocasiones, si bien se emplea vacunación como sustituto de inmunización, en el cual se hace uso de la metonimia, un recurso propio de la retórica, para designar ‘algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa’, en rigor, conviene no confundir estos términos, sobre todo, en el lenguaje médico y periodístico.
11) Los «ensayos clínicos», en minúscula
La expresión ensayo clínico debe escribirse con inicial minúscula en ambas palabras, pues, al tratarse de una construcción meramente genérica y descriptiva, no es recomendable el uso de la mayúscula. De acuerdo con el Diccionario panhispánico del español jurídico, esta construcción alude al ‘estudio clínico de una estrategia terapéutica determinada que no forma parte de la práctica clínica habitual’.
12) Los ensayos clínicos se inician, no inician
En los medios de comunicación observamos frases como «Inicia la próxima semana la fase I del ensayo clínico en edades pediátricas» e «Inicia hoy en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, de La Habana, la aplicación de la primera dosis del ensayo clínico Soberana-Pediatría». En los ejemplos anteriores, lo apropiado hubiese sido el empleo de «Se inicia la próxima…» y «Se inicia hoy…».
El verbo iniciar(se) con el significado de ‘dar comienzo’ es pronominal, de ahí que los ensayos clínicos, congresos, reuniones, actividades… se inician, no inician, como consta en la 23.ª edición del Diccionario de la lengua española. De ahí que resulta menos apropiado el uso intransitivo no pronominal, documentado en el español de México, Centroamérica y algunos países antillanos cuando iniciar se combina con sujetos que contienen nombres de eventos o sucesos.
Según el Diccionario panhispánico de dudas, el verbo iniciar(se), con el sentido de ‘empezar’ puede ser transitivo: «El auto inicia la marcha» o intransitivo pronominal: «La mañana se inició con un revuelo en la calle» (Allende Eva [Chile 1987]). No es correcto su uso como intransitivo no pronominal: La semana inició mal, error debido al cruce con el verbo sinónimo empezar, que sí admite esta construcción.
13) «Las dosis» es el plural de dosis
Como consta en la última edición de la Gramática académica, los sustantivos terminados en ese se mantienen invariables en plural: el lunes (pl. los lunes), la dosis (pl. las dosis).
14) Instituto Finlay de Vacunas (IFV), escritura adecuada
Deberá escribirse en redonda, esto es, sin resalte tipográfico (como cursiva, por ejemplo), y sin comillas —práctica común en el pasado, pero ya hoy en desuso— el nombre de las instituciones. Así, Instituto Finlay de Vacunas, Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí… no llevarán comillas ni cursiva.
15) Eficacia no es lo mismo que eficiencia
De acuerdo con el Diccionario académico, eficiencia es la ‘capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado’, mientras que eficacia es la ‘capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera’. Así, en las informaciones relacionadas con la eficacia del candidato vacunal Soberana 02, por ejemplo, es este término el adecuado y no eficiencia. En su cuenta oficial en Twitter, la RAE aclaró que «la eficacia se relaciona más con los resultados obtenidos, con el logro de los objetivos o metas propuestas, y la eficiencia con el aprovechamiento de los recursos, con su uso más racional».
16) Nombres de las vacunas, escritura adecuada
Los nombres de las vacunas deben escribirse sin resalte tipográfico. De igual forma, los nombres de nuestros candidatos vacunales se escribirán en redonda y sin comillas: Soberana 01, Soberana 02, Mambisa, Abdala y Soberana Plus.
Debe respetarse la grafía original de los nombres de las empresas farmacéuticas que producen las vacunas: AstraZeneca, BioNTech y Pfizer, por ejemplo.
Los nombres de las instituciones se escriben con inicial mayúscula en cada palabra representativa y sin comillas (Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí [IPK], Instituto Finlay de Vacunas [IFV], Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología [CIGB]).
La lectura apropiada del nombre de la vacuna rusa Sputnik V es [spútnik uve], no ⊗[spútnik cinco], como a veces se escucha en los medios radiales y televisivos, pues la letra V no alude, en ese caso, al cinco escrito en números romanos, sino a la letra eve de las palabras vacuna o victoria.
Como indica la última edición de la Ortografía de la lengua española, si la base es una sigla, lo apropiado es escribir un guion entre esta y el prefijo, como ocurre con pro-UE o anti-OTAN.
Según el Diccionario de la lengua española (DLE), el término antídoto significa ‘medicamento contra un veneno’, ‘medicina o sustancia que contrarresta los efectos nocivos de otra’ y ‘medio preventivo para no incurrir en un vicio o falta’. Por esta razón, no es apropiado emplearlo como sinónimo de vacuna ‘preparado de antígenos que, aplicado a un organismo, provoca en él una respuesta de defensa’. Como señala la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), en lugar de «El antídoto de Pfizer al detalle», lo recomendado hubiese sido escribir «La vacuna Pfizer al detalle».
Los sustantivos millón y mil son masculinos, de ahí que establezcan su concordancia en este género: los millones de personas, los miles de estrellas, vacunas, libretas… Como se puede observar el artículo debe concordar con millones y miles, no con personas, estrellas, vacunas y libretas, como a veces se piensa. Como señala el Libro de estilo de la lengua española, lo correcto sería «Atendieron a los miles de personas evacuadas», no ⊗«Atendieron a las miles de personas evacuadas».
Según el DLE, el verbo suministrar significa ‘proveer a alguien de algo que necesita’. De ahí que, si lo que se quiere expresar es ‘aplicar, dar o hacer tomar un medicamento’, lo apropiado es el empleo de administrar. Por esta razón, las vacunas pueden ser suministradas a una farmacia, pero administradas a un paciente.
24) Inocular e inyectar, diferencias
Tomado de la revista Juventud Técnica.
Una primera entrega de estas recomendaciones se publicó el 17 de marzo de 2021.