Los nombres propios, a diferencia de los comunes, no suelen emplearse en plural porque no designan clases de seres, sino identifican un solo ser entre los de su clase. Sin embargo, forman el plural cuando se asimilan a los comunes: «Nunca más volverá a haber en Nicaragua Adolfos Díaz, Emilianos Chamorro, José Marías Moncada, Anastasios Somoza en el poder».
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