Chikungunya, el vocablo que alude a la ‘enfermedad infecciosa transmitida a los seres humanos por mosquitos infectados con el virus de igual nombre’, es la palabra del año 2025 para Buen Idioma.
Se trata de la sexta ocasión en que elegimos nuestra palabra del año después de seleccionar, consecutivamente durante el último quinquenio nasobuco, vacuna, supertanquero, bancarización y pentacampeón.
Esta voz, prácticamente desconocida por los cubanos hace unos meses, saltó del léxico médico a la lengua común debido a la epidemia que enfrentó el país. A raíz de las frecuentes dudas sobre su escritura, pronunciación y género, nuestro proyecto publicó una recomendación para aclarar dichas cuestiones.
De acuerdo con el Diccionario histórico de la lengua española, de las academias, chikungunya se documenta por primera vez en 1963, luego de una década del brote pionero de esta enfermedad, registrado en el sur de Tanzania. Esta misma obra indica que, a pesar de su alta frecuencia en la prensa, «no se consigna en ningún repertorio lexicográfico del español».
Procedente del makonde, una lengua bantú hablada en Mozambique y Tanzania, significa ‘doblarse’, pues los pacientes que padecen esta enfermedad muestran un aspecto encorvado. Se documenta tanto en masculino como en femenino por influjo de los sustantivos virus o enfermedad, respectivamente.
El término palabra cuenta con variantes gráficas adecuadas, como chikunguña y chicunguña, aunque son menos frecuentes. Puesto que en Cuba lo más habitual es pronunciar [chi.kun.gún.ya], lo aconsejable es optar por la adaptación fónica, en la que se mantiene la grafía original y la pronunciación española.
Una vez más el ingenio de los hablantes, que son quienes hacen la lengua, se vio al crear nuevas palabras, como el derivado chikungunyano, documentado al menos en el ámbito de las redes sociales: diario de un chikungunyano y pueblo chikungunyano.
La conjugación de actualidad informativa y factores lingüísticos antes expuestos justifican que chikungunya sea la palabra del año 2025 para Buen Idioma. Dicho vocablo se impuso a otros once de una lista de candidatas integrada, entre otros, por dolarización, déficit y químico.